Mirtha González es la concejala más joven del departamento de Itapúa. Con 31
años es una de las representantes más importantes del Partido Liberal (PLRA) en la Junta Departamental.
Empezó su militancia en el 2007 con apenas 20 años, período en el que empezó a
trabajar en la función pública en el distrito de San Rafael.
Mirtha nos cuenta que comencé ayudar
en las comisiones vecinales y por influencia de un compañero también joven es
que me metí de lleno. Recuerdo que él me decía “si nosotros los jóvenes no nos
involucramos, ¿qué esperamos? Siempre va a ser lo mismo”. Fueron estas
palabras las que motivaron a Mirtha a participar en las actividades referentes
a su partido y comunidad.
Antes de ser candidata a concejala departamental, dentro del partido le
propusieron ser candidata a presidenta del partido a nivel distrital y si bien
no ganó, vio que su imagen captaba muchos votos porque con una campaña muy
corta logró una buena cantidad de votos. Este ejercicio electoral, le dio el
impulso para ser candidata en las Elecciones del 2018.
Como joven, la concejala afirma que el periodo de campaña fue muy
apasionante, levantarme a las 5 am,
visitar todas las comunidades, trabajar con ellos y plantearles mis propuestas.
Vi la gran necesidad en los comités de mujeres, esa necesidad en cuanto a
capacitaciones sobre cómo elaborar proyectos que ayuden a la comunidad, porque
muchas veces tienen proyectos interesantes pero no saben dónde recurrir o tocan
las puertas equivocadas.
La concejala afirma que ya en el periodo de campaña tuvo una gran sorpresa
porque me di cuenta que nuestras
atribuciones eran muy pocas como concejales departamentales. En cuanto al
alcance, un concejal municipal puede hacer muchas más cosas que el
departamental, por ejemplo: como concejal municipal, puedo aprobar o
reprogramar un presupuesto. Ver qué puedo hacer con las comisiones vecinales,
comités de mujeres, aprobar una licitación, etc. En cambio, en la concejalía
departamental se informa lo que ya se hizo.
Para Mirtha es importante “ser fuerte
y estar preparadas cuando decidís entrar a la política, porque cuando sufrís
violencia política debes de estar preparada, porque son cosas que ocurren y
están naturalizadas en nuestra sociedad, y para poder seguir en ella, debes
recuperarte al instante. Estos hechos de violencia también afecta a tu familia
quienes son la base de contención para quienes estamos aquí ejerciendo un
espacio de poder”.
Mirtha tuvo que lidiar con presiones como
“aléjate porque no vas aguantar, vas a perder todo: familia, marido y amigos”.
En contrapartida, ella siempre ha mantenido la postura “yo siempre supe que iba a poder mantenerme sola, pero si no estoy en la
política no iba a poder ayudar como quiero”. Los costos personales de la
vida pública para las mujeres son muy altos y ésta es una presión extra que
hace más difícil la participación de las mujeres.
Consultada sobre su experiencia como concejala y las vivencias que muchas
mujeres pasan en esas esferas, nos comentó que en un principio sentí acoso por parte de algunos compañeros. Pero al
haber estado tanto tiempo en la función pública rodeada mayormente de varones,
supe llevar la situación, ponerlos en su lugar y les dije a todos que a las
mujeres se las respeta, que en la política nosotras no necesitamos esa clase de
comportamientos. Estas prácticas, naturalizadas, dificultan más aún el
camino de las mujeres en el ejercicio de los cargos públicos, porque además, se
las termina responsabilizando de las situaciones de acoso: como se viste, como
camina, a donde sale. Es necesario ir ocupando espacios y construir nuevas
relaciones políticas con los hombres y entre las mujeres, éste es un cambio
cultural que es necesario ir construyendo desde la infancia.
En el marco del proyecto "Visibilizando la violencia política a concejalas e intendentas del Sur del país" de la Red de Mujeres del Sur. Con el apoyo del Fondo de Mujeres del Sur
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