Ciria Pedrozo fue - en las últimas elecciones generales - la única
candidata mujer para la Gobernación del Departamento de Itapúa por el
Movimiento Somos Paraguay. Fueron dos
meses que viví intensamente con mucho trabajo por todo el departamento.
Considero que fue una experiencia única. Cabe resaltar para el periodo 2018
– 2023 no hay ninguna mujer gobernadora en los 17 departamentos del país.
Consultada sobre las mujeres en el ámbito político, Pedrozo es categórica
afirmando que desde luego no es fácil
porque somos las que siempre debemos, o pretenden que demos, un paso al costado
para darle el lugar a los hombres. Sobre eso, ella comenta las presiones
que recibió para que abandonara su postulación a favor de otro candidato de la
oposición.
“me vinieron a decir que descabalgue, que dé
un paso al costado y que apoye la candidatura de un hombre. Entonces yo, frente
a todos les hice un desafío a los
representantes municipales de que me apoyaran a mi, a que yo fuera la candidata
por la alternancia. Cuando hice eso, todos quedarón en silencio y les dije que
ese silencio ya me dio la respuesta y que nos veíamos en la cancha”
Casos como el de Ciria suelen ocurrir porque históricamente la política ha
sido un espacio masculino, donde las mujeres son intrusas o no tienen la
capacidad política para llegar más lejos y por lo tanto, es común hacerlas
desistir. La discriminación en el ámbito político y las presiones vienen desde
hace tiempo atrás, considerando que Paraguay fue el último país latinoamericano
en conceder el derecho al voto a las mujeres. La discriminación basada en
género constituye una de las mayores barreras para el acceso de las mujeres en
los puestos de alta responsabilidad.
Para Ciria es importante estar en
familia y realizar tareas relacionada a ese espacio, pero afuera nos necesitan
más en los espacios de decisiones. Y vemos cada vez menos participación
política de mujeres en nuestro país. Entonces, si nos posicionamos desde los
roles social y culturalmente dado a las mujeres como ser mamá, también debemos
posicionarnos como ciudadanas y a partir de ahí aportar para los cambios que
queremos.
Ciria nos cuenta lo difícil que fue realizar la campaña en ese contexto
político, donde recibía mucha presión por parte de un grupo para desertar y
luego de los resultados, fue tachada como culpable del fracaso ajeno. En el período de campaña, Ciria recuerda que
sufrió violencia verbal y eso es algo que
duele porque no debería de ser así. Tenemos una mala práctica de cómo “hacer
política”. Este tipo de violencia es la que humilla e invalida el trabajo de
las mujeres y las desanima a participar en la vida pública, en parte porque las
mujeres son vistas como “intrusas”.
Para Ciria, más allá de los logros obtenidos, la campaña fue un camino
andado, en donde había recorrido kilómetros a lo largo del departamento y había
hablado con centenas de mujeres y donde sentía que “No podía decepcionarles y abandonarlas sabiendo que estaban creyendo en
mi”. Ciria tiene claros sus
objetivos y se prepara para las próximas elecciones.
En el marco del proyecto "Visibilizando la violencia política a concejalas e intendentas del Sur del país" de la Red de Mujeres del Sur. Con el apoyo del Fondo de Mujeres del Sur
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